Uno de los atractivos principales de la ciudad de Barcelona y el motivo por la que muchos turistas ponen esta bella ciudad en su itinerario de visitas, es su gran dosis de arquitectura modernista.
La arquitectura modernista nace de la necesidad de ofrecer algo totalmente nuevo que se identifique con la apuesta política y social del momento. De este modo los artistas de finales del Siglo XIX, principios del Siglo XX rompen por completo con las tendencias de sus antecesores. Ganan relevancia diferentes tipos de edificios inusuales para los artistas hasta este momento. Siendo así que la arquitectura modernista, acorde con la nueva situación general propiciada por la revolución industrial y social, otorga importancia a edificios como museos, viviendas, teatros y monumentos dejando de centrarse exclusivamente en iglesias y palacios. Todo ello con la clara intención de formar parte de la nueva forma de vida y del cambio de valores que se estaba dando en la emergente sociedad capitalista de finales del Siglo XIX.
Antoni Gaudí, nacido en Reus el 25 de junio de 1852, fue el menor de cinco hermanos, creció en un ambiente familiar rodeado de la naturaleza mediterránea que según sus propias palabras “la imagen es del Mediterráneo” tuvo una gran influencia en su obra. Como estudiante, destacó desde pequeño en la asignatura de dibujo y, como desde varias generaciones, su familia se dedicaba a la manufactura del cobre, según él mismo declaró, esto le permitió interiorizar la tridimensionalidad de los objetos, siendo una de las principales características de su obra.
Se graduó en arquitectura en 1878, aunque durante toda la carrera ya había trabajado como delineante para conocidos arquitectos y constructores del momento.
El nombre de Gaudí empieza a tomar relevancia con el proyecto de la Casa Vicens, pero donde su carrera realmente empieza a despuntar es a partir la vitrina que expuso en la Exposición Universal De París. Con el diseño modernista, funcional y estético de esa obra se ganó la admiración de Eusebi Güell, un prestigioso empresario catalán. A partir de ese momento Güell se convirtió, además de en un gran amigo, en el mecenas de Gaudí y juntos dieron lugar a obras tan conocidas como el Parque Güell, las Bodegas Güell o el Palacio Güell. Gaudí también realizó el encargo de El Capricho de Comillas para el suegro del Conde Güell, el marqués de Comillas.
Fue en 1883 cuando recibe el encargo más importante y notorio de su obra, el de La Sagrada Familia, convirtiéndose en la obra de Gaudí más destacada, conocida y admirada por todo el mundo.
En los siguientes años la popularidad de Gaudí siguió en aumento y estuvo embarcado en varios proyectos como el de la Casa Calvet por el cual en 1900 recibió el premio al mejor edificio del año. O como
la Casa Batlló y la Casa Milà que construyó entre los años 1904 y 1910.
Fue en 1915 cuando Gaudí decide dedicarse por completo a La Sagrada Familia, al parecer los motivos no son estrictamente profesionales pues Gaudí había sufrido varias pérdidas de personas queridas en aquellos años, tal como refleja en sus palabras “Mis grandes amigos están muertos; no tengo familia, ni clientes, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al Templo.”
Gaudí siempre destacó por su religiosidad, espiritualidad y su gran dedicación al trabajo. En cuanto a su carácter, quienes fueron cercanos a él lo describen como una persona amable, generosa y leal. En cambio como artista ha sido tildado a veces de huraño y prepotente.
Puig i Cadafalch nació en Mataró y es una parte importante de la configuración nacionalista catalana. Es un arquitecto de arquitectura modernista, como Casa Amatller, Casa Martí (Los Quatre Gats), Casa Terrades (Casa de les Punxes) o Casa Macaya. En todas estas obras, la marca del autor siempre ha sido influenciada por las formas tradicionales de las mansiones catalanas. Como el estilo gótico y la tendencia nórdica, así como el uso de nuevos materiales (como obras de arte, baldosas de cerámica y hierro forjado en una nueva atmósfera medieval).
Descubrimos que otros edificios de importante valor arquitectónico propiedad de los arquitectos Puig y Cadafalch se distribuyen en diferentes áreas de la ciudad, como la Casa Serra (Rambla Catalunya, 126), la sede del Parlamento Provincial de Barcelona o la Casa Muley Afid (Passeig de la Bonanova, 55): es un edificio de cuento de hadas rodeado de jardines. El consulado mexicano o Casa Pere tiene su sede en (Calle Buenos Aires, 56), donde se encuentra el Museo Dr. Melcior Colet y el Centro de Investigación Deportiva.
Josep Puig i Cadafalch también fue un maestro de la arquitectura industrial, mundialmente famoso en el CaixaForum, evolucionó del modernismo a una arquitectura cada vez más racional, y Alcanzó su apogeo a fines del siglo XIX y su etapa conmemorativa. El ejemplo más obvio es la urbanización de la Plaza de España, que sirvió de entrada a la Feria Internacional de 1929.
Lluís Domènechi Montaner es uno de los grandes representantes de la arquitectura modernista catalana. En 1878, publicó un artículo titulado “Buscando la arquitectura nacional”, que sentó las bases para la arquitectura moderna catalana.
En su arquitectura, incorpora las curvas del modernismo, utilizando ladrillos desnudos, mosaicos, cerámicas, esgrafiados, vidrieras, …
Dos de sus principales obras arquitectónicas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el Palau de la Música de Catalunya (1905-1908) y el Hospital de São Paulo en Barcelona (1902-1913).
La Exposición Universal de 1888 fue una integración profesional de Domènechi Montaner como arquitecto. El resultado de ese año fue la construcción del hotel y cafetería restaurante internacional ahora descontinuado llamado Castillo de Sanlong. Más tarde, se hizo cargo de residencias privadas como la Casa Navàs de Reus (1901-1908), la Casa Lleó I Morera de Barcelona (1902-1906) o la Casa Solài Morales de Olot (1913-1916), y utilizó perspectivas globales como la escultura, las vidrieras o los mosaicos. Modernismo en el arte aplicado.
Lluís Domènechi Montaner tiene muchos edificios dentro y fuera de la capital de Cataluña. Destacan los editoriales Montana Simon (1881-1885) y Casa Fuster (1908-1910) en Barcelona. Fuera de Barcelona, se encuentran Casa Navàs y el Instituto Pere Matas de Reus o el Gran Hotel de Palma de Mallorca.
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